Esa noche salía de la facultad y caminando apresurada por Callao para llegar a la avenida Corrientes lo antes posible y tomarme el subte, de repente, sin cortejos ni avisos apareció un hombre… con su mano en el bolsillo, un cigarrillo a medio fumar… y un extraño y atrayente aroma a perfume francés…
Se interpuso en mi camino, justo a una cuadra y media de mi destino… donde dentro de poco pasaría el último subte…
-Hola- me dijo con una voz suave pero masculina, de esas que no podés evitar escuchar… porque de alguna manera te obligan a hacerlo…
Era medianamente alto, una mezcla entre hombre de negocios de 40 años y un chico de 23 que después de un año sabático, o unos cuantos, decide empezar la facultad, la cual obviamente le pagarán sus padres…
Y me di cuenta que pensé mucho en él, en su pasado, en su presente, en su futuro, y no llegué a pensar por qué me saludaba este hombre tan atractivo, que parecía tan inteligente, del cual no me sentía a su altura, y todo esto en un par de segundos…
Debo admitir que me dio un poco de miedo, por lo cual aceleré mi paso, tratando de esquivarlo…
-Daiana- me dijo con la misma calma con la que había dicho “hola”
Me di vuelta, lo miré a los ojos… no lo reconocí… aunque sabía que debía hacerlo, pues él, al menos, conocía mi nombre… hice un esfuerzo, pero nada… esperaba ansiosa que me diera algún indicio, pero nada…
Retomé mi paso, y con la terrible angustia de no saber quién era esa persona y con el mismo apuro que al principio por no perder el subte caminé la cuadra y media que me quedaba por recorrer…

-Lo que tenga que ser será- pensaba, mientras me tomaba el último subte a Lacroze… y me mentía creyendo que el destino nos regala la misma oportunidad dos veces… supuse que lo volvería a encontrar al otro día en el mismo lugar… o al día siguiente… o a la siguiente semana… obviamente como siempre nos ocurre a los que tenemos suerte en el juego y no así en el amor… nunca lo volví a ver, y la duda me carcome cada minuto, cada segundo un poquito más… y aunque uno siempre mantiene la esperanza porque le gusta sufrir alimentando ilusiones vanas… sé que lo que tenía que ser podría haber sido pero no fue… y como souvenir de mi derrota siempre recordaré ese extraño y atrayente aroma a perfume francés…



...un cuentito que me regaló marzo,
antes de dejarle su lugar a este otoño abril....
chachu

8 comentarios:

Jorgelina Mandarina dijo...

Puffff..Que intriga!

Que habrá sido de saber quien era...

En que cafe habrían parado?

Y callao, tan hermosa ella, como siempre...


Besos!

Lucas dijo...

¿Puedo aplaudir de pie semejante cuento? BRAVO!!! CLAP CLAP CLAP (aplausos...)
Lograste atraparme desde las primeras líneas. Detesto leer posteos largos, sin embargo este ha sido un placer. Que lindo leer algo que me deja pensando y haciéndome preguntas, con ganas de saber más.
Ojalá haya un reencuentro, merece una segunda parte esta historia.
Saludos.

Rocío dijo...

qué misterio!!

ahora tengo muchísima intriga. Hoy te llamo, hoy te veo. Y el sábado también.

besocos!

Hada con botas dijo...

Me encantó el cuento!

buenisimo en serio, me dejo asi como intrigada

Espero la continuación...

besotes

Mar y Sol(a veces tenue y otras no) dijo...

Me quedé pensando en lo de la segunda oportunidad(alguna vez dejé pasar), yo espero que realmente exista, bah al menos como excepción que confirme la regla...
Un abrazo!

Xaj dijo...

Es increíble... siempre tomamos decisiones equivocadas.

Te acompaño en la derrota mi amiga. Nos queda todo por ganar.

Saluditos.

Silvina dijo...

Yo creo que sí sabés quién era!

Tenés un regalo en mi blog.
No te pierdas de la próxima edición de premios Silvina.

Spam... mmm...

pennylanebcn dijo...

Me ha encantado tu cuentito y tu blog...está lleno de dulzura y calidez.

Regina