Cómo me duele todo este cielo que está cada día más rojo.

Siento profundo, tu cara tramposa descarta el verme enamorada, y cada vez que quiero verte me duele el corazón.

El tiempo descubre en silencio que el pasado no es más que recuerdos pegados en una dulce sucesión de malos momentos.

Quien busca tu mirada quiere verte renacer, si encuentro tus manos cerca mío sé que te voy a enloquecer.

Creo que puedo creer en que vas a volver, pero no siento que en el viento te vea aparecer.

No quiero desfigurar mi rostro, quiero ser sincera, pura para vos.

Aunque sé que ya no soy lo que solía ser, esto te puedo dar, nada más que mis pensamientos, mi dolor, y mil sueños, todos sin cumplir.

No soy lo que solía ser, algo cambió mi manera de caminar.

El estigma de quererte es que duele hasta pensar.

No me mires en silencio, ni me vuelvas a tocar.

Quiero verte siempre eterno, cada instante es mi rival.



“DURANTE LA NOCHE SE APAGAN TODOS LOS RUIDOS DE LA CIUDAD, Y LA MUGRE HUMANA QUEDA EXPUESTA ANTE MÍ.
DÁ MIEDO,DÁ MIEDO VERTE DESNUDO, DÁ MIEDO SER UNO DE VERDAD”


Es como si de pronto en el campo
todas las flores volvieran a su raíz.
Es como si estas estrellas
dejaran de brillar para mí, y para vos.
En mi corazón, el ruido del viento enturbia mis sentimientos,
y el color de la naturaleza
pinta un cuadro azul en mi memoria.
Escucho la extraña música,
divinidad de los ’80.
Magníficas caricias que me niegan ser tu amiga.
Ya no sirven mis sentimientos porque han quedado en el olvido.
¿Estás dispuesto a ver mi otra cara florecer?
¿o quizá seguir esperando al siguiente otoño?
Tu nombre suena a mariposas,
igual que el mío interna un ramo de rosas.
No hablo de romanticismo puro,
hablo de sentimientos perros.
El sol tiene que aparecer,
en poco tiempo quiero verte resplandecer.
El suicidio de la noche nos dejó sin rey,
ya nadie nos guía, somos libres,
somos la fiebre del reloj,
que le teme a nuestro corazón,
por adelantarse al amor.
(Octubre, 2003)

Es otro día más, ¿y qué más da?
Si empezar a vivir o dejarlo pasar.
Me siento vieja y la triste realidad me muestra una imagen que no logro vislumbrar.
Es otro día más, ¿y qué más da?
Si llamarte un instante o intentar olvidarte.
Mi cama sin aceite, y ese ruido me enloquece.
Oscurece en otro mundo, en mi mundo nadie aparece.
Y la luz que antes seguía hoy se olvidó de mí.
No sé qué sentís, no sé si me odiás, no sé si seguir.
Es otro día más, ¿y qué más da?
Si empezar a vivir o dejarlo pasar. (Abril, 2004)