Detrás de la simultaneidad detenida entre silencios…
Bajo el recelo invernal de las miradas ancianas...
Junto al mar de letargos que buscan mi alma; todo a cambio de nada…
Un mundo propiciando un suicidio…
Cambios estancados sobre la mesa de la cocina.
Vos y yo, todos ellos y yo, nada más que yo… sin adornos… sin laureles… sola…
En la noche me despierto decorosa; me detengo a pensar, mucho tiempo haciéndolo para luego caducar y comprender al fin que la culpa solo me corresponde a mí.
Y mirarte insistiendo en los frutos de hoy que fueron maldiciones del pasado me agota los sentidos y siento que he fracasado.
Buscando lo que ya sé que nunca encuentro, sigo creyendo que lo encontraré, y si no sos vos, sé que otro será, pero será eterno cuando lo pueda encontrar.
Me sincero con el cielo que me ofrece colores eternos.
Soy la estrella de una noche arruinada, soy la mancha en un manto celestial.
Soy lo que no soy, soy lo que nunca sería por él; él no es más que deterioro mental, él es poco más que coaliciones sentimentales y destellantes sufrimientos en noches de cólera y razón.
Antítesis del sabor resultó tu mirada, disfrute nulo, caricias reventadas. Duelen… lastiman… nacen de la nada, hacia la nada van…
Y yo consciente trato de evitarlo, trato con furia de evitarte a vos, con el corazón en llamas, con el alma muriéndose a llantos…

Enero… ’08…

Dime qué es lo que odias tanto de los eneros –me preguntó casi sonriendo.
El verano quizás sea la respuesta mas acertada –pensé para mis adentros, pero sin dudar le dije: “el carnaval”
Me miró extrañado, ¡cuánto más extrañado me hubiera mirado de haberle dicho yo la verdad!
Y en un juego esclavo de preguntas y respuestas, perdimos la meta y la coherencia al hablar.
Se llenaron de sinsabores las verdades que se volvieron incómodas tras algunas bebidas alcohólicas.
Cambiar mi estrategia me ayudaría, pero entiendo también que ni siquiera es bueno ser presa de alguna.
Al volver a los viejos lugares me doy cuenta que hay ciertas cosas que nunca han de cambiar.
Sé que no me extrañaste y sé que no lo harás, pero aún nos seguimos encontrando en el mismo lugar…
Cuando sepas qué decirme para hacerme sentirte de verdad, será entonces cuando le encuentre sentido a la libertad.
Este invierno que se asoma siniestro me atrae mucho más que el cruento verano moderno, aunque él siempre creerá que lo que en verdad odio es este falaz carnaval.



enero '08... él nunca existió... y yo me quedé leyendo un libro de acción...

Realmente sucede de vez en cuando, y te conviene creerme pues no miento… nunca lo hago…
Sucede de a ratos, sucede pausado, sucede contadas veces, pero te juro que sucede…
No da previos avisos, ni se anuncia demasiado…
Se sucede calladito, se deja ser escondido…
Sucede que sucede y sin darte cuenta sucedió demasiado rápido y no lo pudiste disfrutar…
Sucede que a veces le teme al rechazo y que te arrepientas al final…
Sucede despacio cuando está apurado y te deja pensando en lo que sucederá…
Se sucede apenas lo sientes… se sucede hermoso… efímero… sucede… quizás…
Sucede fervoroso, tierno, candente…
Sucede cuando no lo buscás…
Sucede mágicamente cuando menos lo esperás…

Enero ’08… 366 nuevas oportunidades…