Ella quisiera que el sol sea celeste, porque el amarillo le resulta un color muy agresivo para los ojos, y así podría mirarlo fijo sin pestañear ni que le duela.

Le gustaría no desmayarse tan seguido, porque en cada desmayo pierde muchas energías; o quizás las pierde antes y por eso se desmaya, pero nunca le importó.

Ella busca enamorarse cada día de un nuevo amor, y cada uno más excitante y salvaje que el otro.

Bajar aquellos kilos de más que en invierno abultan su campera y en verano la inhiben.

Ella quisiera que el domingo tenga otro nombre, solo para quitarle un poco de esa nostalgia que de por sí trae a cuestas.

Que el día de la primavera no sea tan importante porque siempre le aburrieron los picnics.

Que esté bien contar los amigos con los dedos de las manos, y cuando se empieza a llenar la mano empezar a descontar amigos, porque no es posible que la quiera tanta gente.

A ella le gustaría que no exista el color verde manzana porque es muy difícil de combinar en la ropa.

Que la lluvia sea tan normal como el viento, y que llueva tanto que los días sin lluvia nos resulten una rareza.

Que el mundo entristezca cuando ella entristece, pero también cuando es feliz, sólo para sentirse única.

Ella desea con fuerza que todos le tengan tanto miedo al amor como ella, para que puedan comprenderla.

Que al subte no le falte la luz del día, para no estar tan desconectada del mundo exterior, aunque muchas veces lo deseó más que su vida.

Que nunca se acabe el papel higiénico en los baños públicos.

Le gustaría no ser tan inocente.

Le gustaría ser más niña.

Que cada vez que abra su morral encuentre un pedazo (lo justo y necesario) del más rico chocolate blanco.

Vivir más cerca del trabajo porque el viaje le resulta mucha rutina, y aunque casi nunca se queja realmente odia esa rutina implacable.

Ella querría que desaparezcan todos los celulares en una bomba atómica, junto con las cucarachas.

Que no existan penas ni alegrías eternas.

Que no haya contradicciones, aunque de lo contrario todo sería TAN ABURRIDO.

Ella desea con fervor que todos los besos sean iguales, sólo para que no comparen los suyos con los de otras mujeres.

Que el arte le explote en el cuerpo, aunque sabe que está lejos de que algo tan lindo irrumpa su ser.

Ella querría ser escritora, o música, o astronauta, o maestra, o ama de casa; en realidad sólo busca ser feliz.

Que todos los hombres se parezcan aunque sea un 20% a su padre, y sólo con eso ya podría enamorarse de todos ellos.

Que en el mundo solo existan las canciones que le llegan al alma, ya que el resto no tienen sentido.

Que el helado no sea tan frío, para poder comerlo aún en los días de invierno sin que se le duerman las manos.

Ella amaría que su cerebro no piense tanto, ya que de tanto pensar, poco disfruta de los momentos, del ahora.

Que todo fuera menos complicado, aunque sabe que la única complicación vive en su mente.

Que nadie tome nada prestado, para evitar futuros inconvenientes.

Que en invierno no se trabaje ni se estudie, porque en esa época las mañanas y las tardes son para dormir, sola o acompañada, le da igual.

Ella querría que el inodoro sea un sillón, ya que el baño es uno de sus lugares favoritos en toda la casa, algo así como un fetiche.

Que el silencio sea menos doloroso entre dos personas que temen hablar.

Que le fuera más fácil mentir o engañar, porque nota que la gente que lo hace siempre es más feliz que ella, una idealista idiota y triste.

Ella desea demasiado que el futuro no la espere sino que simplemente le guarde el lugar.



chachu.... junio...'07....¿autobiografía?, quizás...

Y otra vez caigo en el error de no saber.
Me entrego entera y al querer, esa entrega se hace mi peor quimera,
donde quemo esperanzas, ilusiones y un corazón ya lastimado hace mucho tiempo atrás.
Otra vez, y tus palabras sin llegar a ser palabras me lastiman,
hunden lento y arremeten sin permiso entre los vientos de mi cuerpo, y duele, duele.
Si supieras lo que te espero…si supieras lo que pienso, sin duda correrías en silencio para que yo no te vea huir de mí.
Y si no miento es porque no quiero mentirme a mí.
Y si no te sueño no sé por qué será, será que ando vacía.
Quisiera que me grites, que me sueltes a escondidas una mirada subversiva.
¿Y qué hacer?, nunca aprendo, nunca sé lo que sé que debo hacer aunque lo sé y no lo hago.

Rompo cristales intentando, sufrida, escaparte ahora sí, en busca de nuevos aciertos.
Quisiera matar mi cerebro de una vez, hacerlo detenerse al fin, para no seguir, como hasta hoy, merecidamente mercenaria, victimaria e increíblemente perdida.


chachu... junio...'07... cansada otra vez... siempre lo mismo....