Se escucha el pavimento húmedo de la lluvia de ayer,
y más ansiosa la melodía llorosa de esta lluvia copiosa que rebota en mi sillón.
Caigo en la trampa de esta noche sudada,
y el susurro del reloj hoy me asustó.
Será el trueno quien indique mi último regreso.
Creo que te pienso pero pienso que no es amor.
Pronto y sin receso el invierno se acabó.
Pasan las sensaciones en calor y convertida en frío.
Pasan mis estaciones de buen humor aunque ahora soy un horror.
Ciclotimia y el amor.
Qué terrible madrugada nos tocó el corazón.
Ya no soy la responsable de tu dolor.
Guío al viento para que no pierda la cordura,
mientras sigo al tiempo para no perder esta guerra sucia.
(Julio, 2004)

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